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jueves, 20 de septiembre de 2018

Aftersun renovado

Como en la vez anterior (el primer aftersun que hice), la razón fueron las vacaciones en la playa y aunque como he dicho en muchas ocasiones no me gusta el tueste al sol, hay que aprovecharlo con cabeza. Más que para mí es para mi costillo que paso lo que me imaginaba, a pesar de la protección solar cangrejada. Gracias a esta crema ha librado de pelar cual cebolla y mantiene su tono dorado y eso que me dijo que para que perdía tiempo haciéndola (renegue un cuanto mientras la hacia, entre otras cosas por la falta de tiempo) cosa que ahora le he echado en cara...jejeeje....
Cambié varias cosas del anterior. En la fase oleosa un macerado de caléndula en aceite de oliva, ya sabemos lo maravillosa que es la caléndula para las pieles irritadas. Aceite de pepita de uva, hacía tiempo que no la utilizaba y es estupenda, emoliente, regenerante y muy nutritiva. Manteca de Karité, fantástica, además la que tengo es pura, me la regalo una buena amiga que la consigue traída de África y huele que alimenta.
Esta vez la fase acuosa la hice además de con la infusión de manzanilla, caléndula y centella asiática con aloe vera en polvo.
Y como "extras" unos cuantos que hay que cuidar la piel dañada por el sol:
Glicerina, aporta hidratación, o más bien retiene el agua en la piel.
Extracto de tezpecohuite, un regenerante natural que a mi me gusta mucho y lo he utilizado en otras ocasiones (crema cicatrizante). Es el que le da ese tono chocolate a la crema y un olorcillo peculiar que no me acaba de convencer.
Bisabolol, para calmar la piel irritada y dañada, al igual que la alantolina que también ayuda a regenerar la piel.
Colágeno, suaviza, protege y da tersura y firmeza a la piel.
Pantenol o provitamina B5, conocido por sus propiedades para el cabello, también es muy eficaz para la piel como humectante, calmante y reparador.
Le añadí aceite esencial de lavanda y manzanilla con propiedades calmantes.
Como resultado una leche ligera que penetra muy bien en la piel y la deja tersa y le aporta un ligero brillo. Mi costillo es el que más la ha utilizado y está encantado porque no ha pelado y tiene la piel suave y nutrida. Ni siquiera se ha quejado de escozor o dolor como otras veces cuando se pone rojo como un gambón cocido. Yo que pensé que ya tenía hidratante para rato (somos poco dados a cremas, ya se sabe, en casa del herrero cuchillo de palo) y veo que no, va mermando a pasos agigantados, cosa de la que me alegro. 


Ingredientes: Infusión de manzanilla, caléndula, avena, centella asiática y aloe vera, oleato de caléndula en aceite de oliva, aceite de pepita de uva, manteca de karité, emulsionante de lecitina de soja, extracto de tezpecohuite, glicerina vegetal, colágeno, provitamina B5, bisabolol, conservante, alantolina, goma xantana, aceite esencial de lavanda, aceite esencial de manzanilla

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Champú Líquido de Amla y Pantenol

A los que potingueamos nos puede la curiosidad, así que no podemos menos que probar cosas nuevas. La verdad es que estoy encantada con los champús sólidos. Son prácticos y dejan mi pelo estupendamente, pero...no he podido menos que probar a hacer uno líquido con el tensioactivo de AZ Base Consistence, no da mucha espuma, es suave y espesa las fórmulas. Esa falta de espuma se compensa con el mousse de babassú, otro tensioactivo muy suave que además tiene un efecto acondicionar y antiestático.
Para enriquecerlo una infusión de amla, romero y ortiga, muy beneficiosas para el cabello y el cuero cabelludo. En este champú he probado por primera vez el pantenol o provitamina B5,  que se convierte en vitamina B5 (ácido pantoténico) cuya deficiencia provoca la pérdida de cabello. Fortalece y repara el cabello,  haciéndolo más fuerte y fácil de peinar. Además calma las irritaciones y picores del cuero cabelludo.
Con un  macerado de amla, fruto del emblica officinalis, originario de la India y utilizado por la medicina ayuvérdica para el cuidado del cabello y de la piel. Es un potente regenerador capilar que frena su caída y estimula su crecimiento y retrasa la aparición de canas.
El aroma se lo aporta el ylang-ylang, el aceite esencial del cabello por excelencia y el árbol de té, por si los piojos. Un poco de espirulina le da un tono verdoso muy bonito que apenas se aprecia en las fotos.



Una vez que lo he probado tengo que decir que me gustan mucho más los sólidos, este me apelmaza más el cabello y me dura menos limpio, quizá por mi tipo de pelo. Para uno más seco o muy seco seguro que le va genial.