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miércoles, 17 de septiembre de 2014

Aftersun

Ya se, ya se... Llego un poco tarde con el aftersun. Pero ya lo dice el refrán, más vale tarde que nunca. Ya se ha acabado el veranito, la playa, los paseos por la montaña.... Pero lo hice antes de irme a la playa y que mejor oportunidad de probarlo.
No soy de las que en cuanto sale un rayo de sol lo quiere acaparar todo. Prefiero la sombra. Hace unos cuantos años que no tomaba el sol y mi piel es muy blanca, aunque luego se broncea muy bien y sin problemas, es más, como utilice una protección alta sigo blanca como la cal.
Este año nos fuimos a la playa y quería proteger mi piel y la de los míos, de ahí surgió la idea de esta crema... Y tengo que decir que el resultado me ha gustado. 


La hice con una textura ligera para que penetrase bien en la piel sin tener que  masajear mucho en caso de irritación y el aceite esencial de menta le da el punto de frescor.
El olor no me convencía mucho al principio, pero tampoco quería prescindir de los aceites  esenciales que lleva.
Su función principal, proteger la piel, lo ha hecho estupendamente. El costillo se pone colorado como un cangrejo (no hay manera de meterle en la cabeza que tiene que ponerse más protección) y le alivió mucho además de evitar que se pelase, cosa que le ocurría casi siempre que tomaba el sol.
Deja la piel suave, nutrida e hidratada. Objetivo conseguido.
Con aceites de:
Macadamia, emoliente, nutritiva, anti-deshidratación, calmante, suaviza y protege la piel y estimula la microcirculación.
Aguacate, regenerante, actúa contra el envejecimiento cutáneo, protege contra las agresiones como el sol o el viento y restaura la elasticidad de la piel.
Oleato de oliva y caléndula, una combinación que me encanta con propiedades calmantes, nutritivas y regenerantes. 
Infusión de caléndula, manzanilla, avena y centella asiática. Todas ellas ayudan a calmar y regenerar la piel, sobre todo la centella asiática que tiene una gran capacidad de reparación de la piel. 
Como aditivos, aquellos que calmen, regeneren y ayuden a la hidratación de la piel después de la exposición al sol: aloe vera, bisabolol, alantolina, colágeno y extracto de tezpecohuite.
La tintura de benjuí y los aceites esenciales de menta y lavanda le dan el aroma y un punto de reparación y frescura.
Como emulsionantes lecitina de soja y goma guar.


El extracto de tezpecohuite y la infusión le dieron ese tono chocolate. Se extiende muy bien y aunque en un principio parece que la piel queda húmeda y no penetra enseguida la absorbe, con una sensación de alivio, suavidad e hidratación que perdura.




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