He vuelto a repetir fórmula. Esta vez no se me ha olvidado nada y no hubo necesidad de refundido y además estrenaba moldes. La vez anterior el patito feo se convirtió en un estupendo cisne que me encanto. Perdió el color verdoso y se ha quedado blanquito, así que imagino que esta vez ocurra igual.
En la primera ocasión le añadí arcilla violeta pensando que le ayudaría como colorante dándole un color lila o violáceo, pero nada más lejos de la realidad, de color nada de nada, ya digo que ese color verdoso lo perdió y le ha quedado un tono crema, aún así he vuelto a añadirla porque no dará color pero aporta esa textura cremosa que le da a los jabones las arcillas.
Esta arcilla está compuesta por caolinita y violeta de manganeso. Es ideal para purificar y limpiar la piel seca delicada.
El otro protagonista del jabón es la lavanda, en un oleato, infusión y en el aceite esencial. La lavanda es calmante, sedante, antiséptica y personalmente es un aroma que me encanta.
Los moldes me encantan y pensé que podrían dar problemas al desmoldar (por el churro que me quedo con otros que mejor no enseñar), pero no, desmoldaron estupendamente y han quedado preciosos.
Ingredientes: oleato de lavanda en aceite de oliva, palma, coco, manteca de karité, ricino, hueso de albaricoque y almendras,infusión de lavanda, NaHO, arcilla violeta, a.e. lavanda, tintura de benjuí y vit. E.