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Cuenta la leyenda que la ninfa Sirynga enamoró al dios Pan, mitad hombre, mitad cabra y ella antes de caer en las redes del libidinoso dios mitológico, huyó cruzando montes y bosques y al acercarse a la orilla de un hermoso lago imploró ser convertida en un perfecto lilo. El dios al no conseguir su propósito arrancó una rama del lilo y se hizo un flauta, poniéndose a tocarla como venganza.
Las lilas son una de las flores que más han atraido a las culturas de todos los tiempos....
Y una amiga me pidió una crema corporal con su aroma porque le recordaba su infancia.... y así hice esta crema, con una aroma estupendo a lilas que me encanta. Ahora que las lilas están en pleno apogeo de belleza y aroma.
La nutrición e hidratación la aportan la manteca de karité y el aceite de almendras, ayudadas por la urea que evita la perdida de agua a través de la piel. Con una infusión de caléndula y manzanilla para evitar irritaciones y calmar la piel.
Es ligera, se extiende muy bien, no engrasa y deja la piel suave con un fantástico aroma a lilas ummmm!!! A primavera...