Normalmente andamos a carreras de un lado a otro, con estrés y sin tiempo para tomarnos un baño, baño, no una ducha rápida. Así que de vez en cuando es bueno parar y dedicarle un ratito para un baño tranquilo y disfrutar de las sensaciones que nos proporciona.
La sales de baño son ideales para disfrutar del baño, el tacto, los aromas... Aportan numerosos minerales: magnesio, potasio, bromo, sodio..... Tienen propiedades relajantes, mejoran el insomnio y los dolores musculares.
Son ideales después de una larga jornada, cuando los pies están cansados y doloridos, un baño con sales y un masaje con un bálsamo y pies como nuevos.
Hay múltiples sales: Epsom, del Muerto, del Himalaya, marina.....
En este caso he mezclado sales de Mar Muerto, sal Epsom, sal marina y bicarbonato sódico. Se le puede añadir ácido cítrico para darle un punto efervescente.
La sal Epsom en realidad no es una sal, es un mineral y proviene de Surrey en Inglaterra. Es sulfato de magnesio y contiene magnesio, azufre y oxígeno. El magnesio estimula la producción de serotonina que mejora la relajación y la calma,los dolores musculares, incluso las migrañas. Elimina toxinas y el mal olor corporal.
Las sales del Mar Muerto son beneficiosas en casos de osteoartritis y tendiditis. También mejoran los problemas cutáneos como psoriasis y ezcemas.
Además de las sales le he añadido lavanda y una pizca de arcilla violeta para darle ese tono de color.
El aroma se lo proporciona la lavanda y el jazmín.
Un buen regalo para disfrutar esta Navidad....