El otoño está aquí, comenzamos a tapar nuestros pies que hemos cuidado durante el verano y nos olvidamos de ellos, total ahora no hay que lucirlos. ¡Craso error!!!
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Los pies hay que hidratarlos durante todo el año, nos evitará muchos problemas, no solo de cara al verano, que ya tendremos un trabajo hecho y no nos acordaremos a última hora de lo mal que tenemos los talones.
Las grietas que se forman en los talones pueden llegar a convertirse en heridas y si son muy profundas en infecciones cuya curación es más complicada que el mantener una rutina de cuidado de los pies.
Tienen que tener especial las personas con enfermedades crónicas como la diabetes o problemas en el sistema inmunitario, así como personas convalecientes por largos periodos de tiempo y personas mayores cuya piel es más seca por falta de nutrición.
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Es necesario eliminar las células muertas que se acumulan, la utilización de limas o piedra pómez o simplemente un exfoliante o scrub, ayuda a dejar los pies limpios de durezas y pieles muertas.
Después hidratar y nutrir los pies, para ello está pensado este bálsamo. Un tratamiento para nutrir en profundidad los pies y también las manos propensas en otoño e invierno a grietas y sequedad por el frío y el aire.
Se puede utilizar extendiendo un fina capa, como crema, aunque más untuoso al ser un bálsamo, pero lo ideal es extender una capa generosa y cubrir con calcetines o guantes de algodón y dejar actuar durante toda la noche. Nuestros pies y manos lo agradecerán.
Con manteca de karité, aceites de almendra y oleato de caléndula en aceite de oliva, para nutrir en profundidad. La caléndula ayuda a la cicatrización y regeneración de la piel, también es efectiva en casos de durezas y callosidades de la piel y previene infecciones, además de efectos analgésicos.
Un buen masaje con el bálsamo después de un caminata y un baño de agua con sal deja los pies descansados y como nuevos.
Para mantener la humedad óptima contiene glicerina, emoliente que protege y suaviza la piel.
Con un aroma muy de campo que no es casualidad: los aceites esenciales de lavanda, ciprés y laurel son poderosos antisépticos naturales, además de otras propiedades.
El a.e. de ciprés ayuda con el exceso de sudoración y la circulación sanguínea.
El a.e. de laurel es fungicida.
La lavanda además de antiséptico es bactericida y antiviral, ayudando a la cicatrización y regeneración de lesiones de la piel.