Tienen una etapa en que el agua parece que les hace daño y estarían con su prenda favorita días, semanas... si les dejásemos. No hay manera de que nos hagan caso y menos si les comentas que tienen que comenzar a cuidar su piel, correr con la corporal detrás de ellos después de conseguir que se duchen es habitual, y posiblemente lo único que consigas.
De repente un día es todo lo contrario: ducha a todas horas, el cubo de la ropa sucia hasta arriba de la ropa del muchach@ que hoy se nos ha cambiado tres veces....jejejee. Adolescencia ....Y ¡horror!!!! "¡¡Mamaaaaa!!!!! Tengo un grano enorme en mi cara", "Ya te lo dije". Y tu apareces con una sonrisa de oreja a oreja con la satisfacción de tener la razón de tu parte, aunque maldita la gracia que te hace tener que restregárselo por la cara, porque ahora quieren un milagro ipso facto, de los que hace mamá.
Pues para que cuando llegue ese momento el grano no sea tan "enorme", es esta crema.
Tiene aceite de jojoba y de pepita de uva que regulan la secreción sebácea de la piel, manteniendo el equilibrio.
Agua de cistus o jara con propiedades emolientes, suavizantes, tonificantes y cicatrizante. Junto a una infusión de menta, manzanilla y tila que calman la piel irritada. A lo que ayuda también la tintura de benjuí y msm, que ayuda a controlar la piel grasa.
El aceite esencial de menta le aporta aroma y frescor.