Si he sucumbido totalmente a la cosmética natural y estoy encantada con los jabones, cremas, champús y demás potingues, hay uno que no perdono y soy totalmente adicta, lo confieso. Son los scrub o exfoliantes, me pierden sus aromas, la textura, el placer del masaje con ellos y como te dejan la piel.
Si empece con el Chocolate Sugar Scrub, y sus variantes de aromas: menta, naranja y luego el Coffee Scrub, este con leche me pierde del todo.
El otro día después de la ducha estaba decidida a no utilizarlo, "me doy la leche corporal tan estupenda que he hecho" me dije, pero al secarme y empezar a soltar pieles muertas en las piernas, me volví a meter en la ducha y acabar con el scrub, adiós a la leche corporal, otra vez será.
Este scrub tiene leche en polvo, es suave, más suave que el Coffee Scrub y un embriagante aroma a vainilla y canela. El aceite de oliva, manteca de cacao y de karité dejan la piel muy muy suave, hidratada y nutrida, con un tacto atercipelado y un aroma delicioso.
¿Se nota mucho que soy adicta a ellos???? No soy la única, al peque también le gusta y le encanta frotarse con él. Y quienes los han probado han caido en la tentación de repetir..... Después no digáis que no os he avisado.
AVISO: PRODUCTO ALTAMENTE ADICTIVO.