miércoles, 1 de mayo de 2013

Jabón de karité y naranja


Un jabón refrescante que hidrata y nutre en profundidad gracias a la manteca de karité. Sin ningún tipo de colorante, el zumo de naranja le da ese maravilloso color. Ligeramente exfoliante gracias al polvo de cáscara de naranja, se puede utilizar tanto en el rostro como en el cuerpo.


La naranja es un antioxidante natural que neutraliza el daño de los radicales libres y reduce la oxidación celular, gracias a la vitamina C, que también ayuda a crear colágeno, la proteína utilizada para formar la piel, los ligamentos y los vasos sanguíneos, con lo que repara y mantiene en buen estado tanto los tejidos internos como la piel.
                                    Fuente: Internet

El karité es un árbol de hasta 15 metros de altura de las sabanas arbóreas del oeste de África. El nombre de karité significa árbol de mantequilla. Este árbol puede vivir hasta tres siglos y el diámetro del tronco puede medir hasta un metro.



La manteca de karité es un eficaz preventivo del envejecimiento de la piel. Actúa recubriendo la piel con una película invisible para evitar la deshidratación y la protege de las agresiones externas: sol, viento, cambios bruscos de temperatura. Es un excelente regenerador de los tejidos, calma las irritaciones, un excelente antiestrías y también evita la aparición de grietas en el pecho durante la lactancia. Nutre en profundidad la piel y le proporcionan elasticidad.




Ingredientes: aceites de oliva (oleato canela), palma, coco, manteca de karité, zumo de naranja, NaOH, aa.ee. de patchuli, mandarina y piel de naranja en  polvo.

lunes, 29 de abril de 2013

Capilotes

Eco y Narciso, pintura de John W. Waterhouse
Cuenta la mitología que Narciso era un joven muy hermoso. Las doncellas se enamoraban de él, pero las rechazaba. Una de ellas, herida por su amor, era la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello la había condenado a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Eco fue, por tanto, incapaz de hablarle a Narciso de su amor. Un día cuando él caminaba por el bosque, acabó separándose de sus compañeros. Cuando él pregunto: "¿Hay alguien aquí?" Ella respondió: "Aquí, aquí". Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le gritó: "¡Ven!". Después de responder "Ven", Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso, cruelmente se negó a aceptar su amor, por lo que Eco desolada, se ocultó en un cueva donde se consumió hasta que solo quedo su voz. Para castigar a Narciso, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente. Contemplando su imagen absorto, incapaz de apartar la vista acabó arrojándose a las aguas. En el lugar donde su cuerpo había caído,  creció una hermosa flor que hizo honor al nombre y a la memoria de Narciso.
                               Fuente: Internet
Y en su memoria se llenan los prados de esta hermosa flor. En la zona de Riaño, en el norte de León, se les llama capilotes. Ahora están en plena floración. No pude hacer fotos a los prados porque ha nevado durante todo el fin de semana. Pude coger un ramillete.
Si tenéis oportunidad de ver los prados cuajados de estas flores amarillas no la dejéis pasar. Visitar esta zona de León, junto a los Picos de Europa.




jueves, 25 de abril de 2013

Emulsión hidratante para las manos

Las manos dicen mucho de nosotros, son una tarjeta de presentación y son como un libro abierto a lo largo de nuestra vida.


Estas son unas manos trabajadas y trabajadoras, de una vida dura, sencilla, expuestas al sol y el agua casi siempre fría. Unas manos que trabajaron la tierra y jamás conocieron un guante y poca crema, pero ahí están descansando en un regazo que ya vivió lo suyo y en el que tuvimos consuelo más de una generación.
Este es un pequeño homenaje a unas manos que conocí muy bien, que me dieron más de una caricia, son las manos de mi abuela. Arrugadas y con las huellas de una larga vida…. Pero no os podéis imaginar como era la piel del resto del cuerpo que nunca le dio el sol ni la intemperie, murió con 96 años y su piel parecía la de un recién nacido, algo reseca, porque era de las que no perdían el tiempo en “unturas” como decía ella. No había manera de que se diese una crema. Y ahora va la nieta y le sale “potinguera”….

Siempre he tenido el problema de las manos secas y como cardos. Las puntas de los dedos se me ponen como papel de lija. Y las uñas no había manera de tenerlas un poco largas e igualadas, siempre estaba la oportuna que se rompía, así que hace 3 años decidí ponerme las de porcelana que he llevado hasta hace poco que me cansé. Daba gusto ver esas uñas. Ahora que me las quite decidí ponerle remedio a estas uñas quebradizas y a mis manos, más bien los dedos, de lija...
La verdad es que pensé que al quitar la porcelana las uñas estarían peor, pero no, un poco quebradizas pero no más de lo que las tenía antes. Sabía que el aceite de ricino es un remedio desde siempre para las uñas y las pestañas, y en el santo foro de mendrulandia, no recuerdo quien utilizaba el aceite de ricino con cola de caballo, así que manos a la obra, un oleato concentrado y aquí está la emulsión.


Es un linimento oleocalcáreo, que aunque en un principio parece muy aceitoso, me encanta como deja las manos, no hace falta utilizar mucha cantidad, es mejor extender y masajear, también las uñas, y si es necesario repetir, a no echar mucho y que no absorba todo, siempre se puede retirar el exceso con papel.
Esto no es milagroso y como en casi todo tratamiento natural la constancia y paciencia es primordial, pero ya noto las uñas menos quebradizas y ya no se me rompen tanto.
Y en cuanto a piel de las manos, da gusto como las deja, parece terciopelo. En cuanto las mojo, y si estás cocinando es muy a menudo,  se me resecan una barbaridad, se levantan pieles, se agrietan los dedos... y para eso va fantástico, además tiene un aroma estupendo.

El linimento oleocaláreo, también llamado "aceite de nieve" tiene sus orígenes en la Edad Media. Desde siempre se ha utilizado como remedio en las quemaduras. Es una mezcla a partes iguales de agua de cal y aceite, tradicionalmente aceite de oliva.
Los linimentos oleocalcáreos tienen múltiples usos, desde la simple hidratación de la piel, tratamiento de las quemaduras por excelencia, la limpieza y tratamiento de las irritaciones del culete de los bebés, leche limpiadora, para los encamados y escaras, eccemas, irritaciones... tengo uno que incluso me evitó un herpe labial (todavía no me lo creo). Todo depende de la combinación de aceites.
El agua de cal reacciona con el aceite y se obtiene una emulsión grasa muy suave, ideal para pieles sensibles y que deja una película protectora sobre la piel.


Ingredientes: Aceites de oliva, almendras, sésamo, oleato de cola de caballo en ricino, agua de cal, cera de abejas, aa.ee. lavanda y fragancia de muguet.

martes, 23 de abril de 2013

Cesta de Cumpleaños


Esta cesta es el regalo de cumpleaños de mi cuñada. La encanta el baño, así que como ya había probado los fondant, le he hecho arena de baño. Y para después unas barritas de masaje con forma de bombón...espero que no le de por darles un mordisco. Me encantan, tienen un suave aroma a franguipani y dejan la piel estupenda.
También le hice una pasta limpiadora con almendras dulces, un suave exfoliante para un rostro limpio, limpio.
Para que esté entretenida y tenga más opciones Agua Micelar también para limpiar el cutis y Leche Virginal, un estupendo tónico con múltiples usos.
Lo acompaño con un jabón de cerveza, dos jabones cupcakes  y se me olvido en la foto, una emulsión para las manos.


Espero que la guste, porque no se lo he podido dar en mano y no hemos hablado...




lunes, 22 de abril de 2013

Jabón de avena y caléndula

Relacionado con el baño de los bebés, este jabón es el ideal para el baño de los peques. Un castilla con aceite de oliva (oleato de caléndula) y aceite de almendras dulces, que nutren e hidratan la piel. El aceite de oliva, a veces la tenemos infravalorada, quizá por tenerla tan a mano. Leche de avena con manzanilla y caléndula, grandes aliados de la piel, para evitar y tratar lesiones e irritaciones de la piel.
Es un jabón que no da mucha espuma, ni falta que hace en el baño de un bebé, queremos limpieza e hidratación y más cuando aún le bañamos en las bañeras pequeñas y no solemos aclarar, por lo que no nos hace falta exceso de espuma ni jabón. Tiene un ligero aroma a talco.


Ingredientes: oleato de caléndula en aceite de oliva, aceite de almendras, leche de avena, NaOH, caléndula, manzanilla y aroma de talco.
La dermatitis y eccemas están a la orden del día, hay gran cantidad de niños con problemas en la piel y en muchas ocasiones no se encuentra solución o es con corticoides y otros medicamentos que nos dan reparo utilizar.
Conozco a más de una persona, que con un cambio de hábitos y productos de higiene ha solucionado el problema. Esto no quiere decir que sea mano de santo, y si existe un problema la consulta de un médico es imprescindible y lo más apropiado.
Solemos utilizar productos  con demasiados elementos químicos e incluso se abusa mucho del baño, en ocasiones si es necesario una ducha o un baño diario del niño, pero en otros no, y no solo es el agua, es todo lo que se utiliza con ella, gel, champú, aceites minerales, lociones... que en la mayoría de los casos llevan bastante productos químicos e irritantes... que más que solucionar, agravan el problema.
Esta es otra versión del jabón de avena, para niños más mayores y pieles delicadas. Tiene más aceites, da más espuma y cuida las pieles más sensibles y delicadas. La caléndula, presente en el oleato de aceite de oliva, es un gran aliado de la piel que junto con el aloe vera y la avena cuidan las irritaciones, rojeces y eccemas, alivian los picores y son buenos humectantes.
Este jabón en concreto lleva manteca de cerdo. Algunos creen que la manteca de cerdo es para los jabones de lavar la ropa y da mal olor. Todo lo contrario, en pequeña cantidades, suaviza, humecta y aporta cremosidad al jabón, propiedades de las que se beneficio nuestra piel.
Ingredientes: oleato de caléndula en aceite de oliva, aceites de coco, almendras, ricino, manteca de cerdo, leche de avena, aloe vera, NaOH, aroma de talco y moras.