martes, 19 de marzo de 2019

Leche Corporal de Rosas y Fragonia

Esta es una de esas cremas que formulas a salto de mata en un papelito en un momento en que las musas andan a bien contigo y los duendes potingueros no te la juegan. Así que el papelito se traspapelo y hasta que he dado con él no me acordaba de la fórmula. Ahora ya está a buen recaudo y he aquí la prueba. 
 
Es la que he estado usando desde hace un tiempo y la verdad es que me ha durado porque estoy muy vaga y la uso más que nada como crema de manos que me va genial porque no engrasa y la piel la  absorbe con facilidad, incluso he rellenado un botecito para llevarla en el bolso.
Es muy sencilla con ingredientes que suelo utilizar a menudo.
En la fase oleosa aceite de nuez y un oleato de oliva y caléndula, para mi un tesoro para la piel, la combinación perfecta el oro líquido y la flor maravilla.
En la fase acuosa repito con una infusión de caléndula y agua de rosas.
Los extras lo aportan la urea que ayuda a mantener la hidratación de la piel y suavizarla por sus propiedades queratolíticas y un extracto de rosas que aporta los beneficios de esta flor: hidrata, reduce la inflamación y suaviza.
La sutil fragancia la aporta una combinación de aceite esencial de lavanda, fragonia y coriandro.
La textura la quería ligera, de una leche corporal, así que combine la cera nº 3 y alcohol cetílico y me gusta mucho el resultado. Se absorbe muy bien y deja la piel suave e hidratada. Como ya he dicho la uso mucho como crema de manos y sus cualidades duran mucho, no es la típica que al rato tienes las manos resecas otra vez. Así que estoy contenta con el resultado.




miércoles, 27 de febrero de 2019

Desodorante de Rosa y Muguet

He usado y probado múltiples desodorantes y aunque con el sudor no tengo un problema, si es verdad que me siento más cómoda utilizándolo y para nadie es grato que le "abandone".
De los naturales que he hecho el que más me gusta es el de roll-on. La base de la fórmula que utilizo es la misma pero le he cambiado los aromas y he sustituido  la infusión de salvia por agua (en la próxima ocasión lo haré por aloe vera) porque en las camisetas blancas dejaba mancha. Es un desodorante sencillo con glicerina, bicarbonato, alumbre, goma xantana para emulsionar y el activo de AZ Desodorante farnesol-lemonester. 
En esta ocasión añadí fragancia de rosas y muguet o lirio de los valles. Un aroma suave y tenue. No me gusta los aromas fuertes en desodorantes porque después si te echas un perfume o colonia se forma un batiburrillo de olores que "pa que".



lunes, 28 de enero de 2019

Mascarilla Matizante para Cabellos Blancos y Rubios

Hoy vengo con un experimento. Se han puesto muy de moda los cabellos grises, ahora que he decidido dejarme mi tono natural que es, como no, canoso. En el proceso de "blanqueo" me he hecho unas mechas que debido a lo rebelde de mi pelo, azabache puro y duro, no cogen el tono claro ni queriendo, así que tengo a la peluquera loca. Ahora he llegado a un punto en que ya me quedo así y lo que el pelo quiera. Y como el pelo tiende a amarillear y coger tonos raros hay que compensarlo con un matizante azul. La verdad es que no me apetece, ahora que estoy encantada con mi champú sólido y mis mascarillas, utilizar uno comercial que mejorase el aspecto del cabello, así que toca experimentar.
Ya presenté un champú para cabello con canas aquí. He vuelto ha hacerlo añadiéndole polvo de arándanos que por su alto contenido en antocianinas ayuda en la pigmentación azul además de ser antioxidantes.
Para complementar al champú decidí probar una mascarilla y la verdad es que estoy contenta con el resultado.




La base oleosa son los aceites de jojoba, coco y pepita de uva. Una infusión con romero y polvo de arándanos, para ir cogiendo color. 
Para ayudar con el color azul colorante mineral azul y más polvo de arándanos. El acondicionador y emulsionante BTMS  y proteínas de seda que aportan suavidad al cabello sin apelmazarlo. Un toque de ylang ylang y gardenia
El resultado me ha gustado aunque la próxima vez reduciré o al menos lo intentare el polvo de arándanos más en polvo porque es un poco grueso y se encuentra. Sin decir yo nada algunas personas si han notado el cambio de tono, que aunque no es muy significativo le da otro punto. Yo tampoco quiero que se note en demasía o que me quede violeta-azulado. Así que ya tengo mi combinación para mimar mi cabello con sus nuevos tonos.


miércoles, 16 de enero de 2019

Crema Facial Sangre de Dragón

Pata de cabra y melena de león. Con ese nombre tan evocador y brujeril vuelvo a las andadas. Tenía ganas de probar la sangre de dragón con la que formulé una crema para mi amiga Rosa, que ella si la tenía y quería probarlo. Después se me olvidó, pero en uno de los último pedidos me acorde y aquí lo tengo.
A pesar de ese nombre tan rimbombante y de aparecer en la etiqueta que le he hecho no tiene nada que ver con los dragones de cuentos y leyendas.


Es la resina o látex del Croton lechleri, un árbol nativo de América del Sur. Este látex espeso y rojo tiene propiedades medicinales. Es muy utilizado por la población indígena y uno de sus usos es como vendaje líquido, aplicado para sellar heridas. También se conocen sus propiedades antioxidantes y regenerantes, lo que ayuda a la reparación de la piel gracias a compuestos como la taspina. Estimula la síntesis de colágeno, restaura la piel madura. Es una estupenda ayuda en reducir la aparición de estrias.
En este caso lo he utilizado en un crema facial. He unido tres aceites que me gustan mucho para el rostro: jojoba, aguacate y algodón, poderosos antioxidantes, ayudan a las pieles maduras a mantener la elasticidad y el tono. 
Hidrolato de lavanda, que me gusta enriquecer la parte acuosa de la crema y la lavanda va genial. Además de la sangre de dragón la he añadido ácido hialurónico.
En esta ocasión los emulsionantes han sido el MF y VE que dan una textura rica y suave a la crema.
Un toque de aceite esencial de fragonia le da el aroma y sus ricas propiedades.



lunes, 26 de noviembre de 2018

Guardareglas

Hacía tiempo que andaba con la idea de hacer una funda para guardar las reglas de patchwork porque sino acaban con las esquinas rotas como me ocurre con la más antigua que tengo. La primera que hice antes del verano fue la de la pequeña porque la tengo en el  costurero y es más fácil que se estropee. 


La técnica es muy fácil, me inspiré en los guardabanicos de la página Mi baúl de labores. Es sencillo de hacer y queda muy bien. La tela hace mucho que la tengo y va genial para este proyecto.


Las telas de la funda grande las compré hace poco en la tienda de Violeta, amiga y maestra, y me encantaron. Así que el domingo me armé de ganas y ya tengo donde guardar las reglas. Aquí me complique un poco más haciendo dos bolsillos, para diferentes reglas o lo que surja en el futuro.
Las telas son bastante vistosas así que no le añadí más adornos.